26 de febrero de 2009

Algunos casos prácticos

A menudo se nos pregunta sobre casos prácticos de aplicación de los robots de servicio. En el ámbito profesional, los robots de servicio se utilizan en todos aquellos casos donde exista un elevado riesgo para los profesionales o en situaciones donde se requiera una elevada precisión, eficiencia, eficacia y seguridad.


Hoy presentamos un resumen de los casos prácticos más habituales sobre las aplicaciones de los robots de servicio de uso profesional, muy diferentes a las de la robótica doméstica o personal, de las cuales hablaremos próximamente.

Þ Tareas de inspección y certificación:

  • Colectores y emisarios marinos (depuradoras, desaladoras, piscifactorías).
  • Canalizaciones subterráneas (minas de agua, galerías, alcantarillado).
  • Pilones, pozos y puentes.
  • Canales y embalses.
  • Redes aéreas de distribución eléctrica.
  • Gasoductos y oleoductos.
  • Industria química y nuclear.
  • Control de calidad en fabricación industrial.

Þ Tareas de rescate:

  • Derrumbe de edificaciones por explosión.
  • Localización de víctimas en embalses, canales o puertos.
  • Espeleológica.

Þ Tareas de protección y vigilancia:

  • Plataformas logísticas (interior o exterior).
  • Edificios de oficinas, hoteles y hospitales.
  • Museos y palacios.
  • Eventos puntuales (exposiciones, ferias).
  • Perímetro exterior de industrias de riesgo.
  • Aguas portuarias.
  • Zonas de especial confidencialidad (archivos, cajas de caudales).

Éstas serían las aplicaciones donde mayoritariamente se utilizan los robots de servicio profesionales actualmente.

Josep M. Nogués
Roboserv®

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Josep,
Porqué no nos cuentas un poco desde tu punto de vista las aplicaciones más prácticas para todos. Digo pues, para la casa.
Saludos y muchas gracias.
Juanjo
(Malaga)

Anónimo dijo...

Josep,
Opino igual que Juanjo,
Comentanos algo sobre los robots terrenales más practicos para el dia a día cotidiano.
¿Existen? ¿Funcionan?
Si llevasen la lista de la compara ya seria la ostia.
Un abrazo.
Ernesto, desde Bilbao.